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¿Que sigue después de una maratón?

En realidad la pregunta que me quiero hacer es: ¿Qué hacemos una vez que terminamos un proyecto que nos llevo tanto tiempo? En mi caso, fue la maratón de Buenos Aires 2019. Prácticamente desde el primero de marzo que hice la preinscripción que estoy pensando en la carrera. Fue un gran proyecto para mi. Y una vez que concluye deja un vacío, que uno trata de llenar.
Empecé por crear un blog, este blog, siempre acompañado de algo de música. Lo que hice el Lunes de la semana pasada, después de una breve actividad para sacudir un poco las piernas post carrera. Una de las piezas claves de mi entrenamiento es el entrenamiento en ayuna a baja intensidad, que me permite arrancar el día a tope y sumar muchos kilómetros.

Breve comentario: la línea de entrenamiento que yo sigo (de lo que pienso hablar en las próximas semanas) implica grandes cantidades de kilómetros a intensidad baja, la cual mido mediante un pulsómetro.
Después de un año de esa idea, empecé a probar entrenamientos en ayuna, arranque por 20 minutos, y a medida que me sentía bien agregaba 5 minutos más en el próximo. Así llegué hasta los 80 minutos en lo más largo hasta el momento, o los 50 minutos , mi medida clásica de Martes y Viernes. Apenas termino este entrenamiento, me ducho, desayuno y estiro. Y después a trabajar, o estudiar, depende el día.

Volviendo a la semana pasada, el Lunes me desperté, hice el entrenamiento que mencione (super suave y en ayuna), me duché, desayune y estire bastante (las piernas estaban bastante doloridas). Después de eso, al haberme tomado la mañana del Lunes sin estudiar, empecé el blog. Luego a la tarde trabajar, para después tomar una merecida cerveza en el bar.

Martes, 5.30 de la mañana arriba, devuelta trote suave y rutina, aunque esta vez había que ir a trabajar. Por desgracia los Martes subo y bajo bastantes escaleras para ir a las aulas, y las piernas todavía tenían reflejos de dolor.

Pero el miércoles, cuando bajé de mi habitación a desayunar, me di cuenta que ya estaba mucho mejor. Así que café, dos tostadas con crema de maní casera y a la facultad. Este fue un día libre de entrenamiento. De hecho, desde el Martes a la mañana hasta el siguiente entrenamiento hubo 48 horas de diferencia. Y se notaron bastante.

El Jueves a la mañana entonces 50 minutos en ayuna a un ritmo más que aceptable, considerando que 96 horas antes estaba algo así como en el kilómetro 23 de la maratón. Igualmente volviendo hacia mi casa hay 300 metros con una leve pendiente y me hicieron bajar bastante el ritmo. Igualmente muy feliz con el resultado.
Después de eso, toco estudiar. No todo es deporte, también hay trabajo y estudio como ocupaciones, familia, novia y amigos como compañeros. A mi me tocaron de los mejores. A su vez, el Jueves mientras tenía tiempo use el block de notas del celular para empezar a escribir cosas para el blog.

El viernes se encendieron TODAS las alarmas: me desperté varias veces en la madrugada con mi clásico dolor a lo largo del tendón de la fascia lata. No solamente dormí mal y poco, sino que estaba absolutamente dolorido en la pierna derecha. Para el que no lo sepa, ese tendón une la cadera con la rodilla de manera exterior, como se ve en la imagen.

Así que me desperté y decidí tratar de estirar o mover la pierna para aliviar el dolor, pero nada. Salí a trotar muy suave para entrar en calor (en frío es bastante más doloroso) y se calmó un poco. Además empecé a tomar diclofenac y el dolor se fue. Igualmente hice lo correcto, lo que creo que cualquiera con un dolor excesivo debería hacer: consultar con un médico. Llame al deportólogo con el que me atiendo regularmente y le pedí un turno para el martes.

Por suerte la mañana del Sábado empieza bien, parece que los antiinflamatorios que decidí auto recetarme hicieron efecto. Ahora, debo decir que hice algo pésimo: jamás hay que auto diagnosticarse. Pero me vi obligado a tomar algo para el dolor porque el Viernes era un día largo de trabajo. Y el sábado siguió igual.
Me doy cuenta que estoy complicado cuando llevo el desayuno a la computadora o al escritorio. En esos momentos estoy tratando de optimizar el tiempo con urgencia. Tanto es así que el sábado a la mañana y las primeras horas de la tarde estuve preparando las actividades y evaluaciones de la semana; y a la tarde, mientras nos juntamos con mi novia (también docente), ella preparaba cosas del trabajo y yo estudiaba.

Acá quiero decir algo muy importante: la gente es muy ingrata con los docentes. Siempre escuche decir que “tienen 3 meses de vacaciones”, “trabajan 4 horas”, “cobran mucha plata”, etcétera etcétera. Nada más alejado de la realidad. Esas tres afirmaciones son claramente falsas, y es más, solemos llevarnos bastante trabajo a nuestras casas. Fíjense sino, el sábado entre las 10 y las 15 estuve trabajando (4 horas extra, descontando la hora de almuerzo). Pero bueno, acá seguimos, dando la batalla día a día para que los adolescentes puedan crecer con las mejores herramientas posibles.

Ya que nombre a mi novia, me hizo este hermoso regalo con sus habilidades de edición de foto
Por último, el Domingo seguí con buenas sensaciones y pude repetir el entrenamiento del sábado: trote aeróbico suave de 70 minutos en ayuno, una muy buena estirada de patas. También me llegaron varias fotos de la carrera de la semana pasa (las que compartí más arriba, junto con la edición de mi novia). Quiero subir también, esta breve secuencia de mi llegada, con muchas emociones.
Para cerrar el post de esta semana. Un poco de matemática. No se imagina mi cara de asombro cuando me crucé esto en Twitter. No se si será cierto que Euler armó esto, pero destacó dos cosas: Fue (es y será) uno de los más grandes matemáticos de la historia, y ese tablero de ajedrez me parece más que maravilloso, independientemente de quien sea su autor.

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